Noches con amigos, mates, girasoles, música, conversaciones sin sentido, comentarios graciosos. Hasta ese momento en el que sabes que no todo es mentira, y algo detrás de todo esto te hace mal. Saber que no podes hacer nada contra ese ejercito de palabras... un ejercito dañino que te va matando de a poco, hasta el momento en que alguien corta con ese sufrimiento, y te pones a pensar 'tan atrás me quede?', 'en verdad puede ser así?', sin saber que hacer, sintiéndote en un rincón lejos, muuuuy lejos de ellos, sin saber si podrás llegar algún día, si todo podrá ser como antes, si podrás seguir adelante con esta realidad...
Una invitación cae del cielo, esa que tanto esperabas ya hace tiempo, y cuando tus labios están a punto de largar un '¡SIII!', las palabras de alguien te ponen a pensar 'y que voy a hacer yo ahí?', viendo mi sufrimiento atado a un sentimiento ajeno...Unos que se van por cansancio, otros porque no tienen opción...
Unos pocos quedan, caminando sin destino alguno. Caminando hacia algún lugar donde poder hacer lo de siempre, charlar, hablar de la vida, reírse de las errores...Cuando llegan ahí, te das cuenta de que falta algo, la presencia de personas claves, pero igual seguís caminando. Se sientan, ponen música y el silencio ensordecedor de las palabras que nunca salen de los labios te enloquece...
Una frase rompe el silencio, un 'me voy' de quien menos lo esperabas...
No te queda opción y dices lo mismo unos segundos mas tarde que ellos. te acompañan, llegas a tu casa, entras, prendes la computadora, y te pones a escribir lo que sentías hace 15 minutos atrás...
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